FASE Nº 4: OBSOLESCENCIA
La palabra obsolescencia, proviene de «obsolescens» que en latín quiere decir que un objeto o caso está entrando en desuso o está pasando de moda.
Uno de los primeros en estudiar este fenómeno fue Vance Packard en su obra “The Waste Makers”, para él se pueden encontrar distintos tipo obsolescencia:
- De función: Se da cuando un producto sustituye a otro por su funcionalidad superior.
- De calidad: Se da cuando el producto se vuelve obsoleto por un mal funcionamiento programado.
- De deseo: Ocurre cuando el producto, aun siendo completamente funcional y no habiendo sustituto mejor, deja de ser deseado por cuestiones de moda o estilo, y se le asignan valores peyorativos que disminuyen su deseo de compra y animan a su sustitución.
A su vez, podemos encontrar distintos tipos de obsolescencia programada, que es la que invisiblemente nos está afectando en la actualidad, las formas en las cuales se manifiestan son:
- Obsolescencia incorporada: Esta en principio podría ser considerada como delito, porqué nos provoca directamente un perjuicio económico a nosotros como usuarios que adquirimos un producto con expectativas de duración y disponibilidad que no se cumplen.
- Obsolescencia psicológica: Actualmente un número importante de electrodomésticos, especialmente los que conocemos como Pequeños electrodomésticos (PE), claramente no duran tanto como en el pasado, sin dudas todos tenemos alguna experiencia reciente de la poca durabilidad de estos aparatos, es evidente que los fabricantes de estos, promueven nuevos productos en función de la moda y el lujo, haciendo que los modelos anteriores no sean atractivos induciendo al cambio de estos. Este tipo es más común en la industria de la moda, y cada vez más, en los bienes de consumo.
- Obsolescencia tecnológica: Otra forma de OP, es la actualización continua y rápida de productos como computadoras y celulares que en la mayoría de las marcas realizan lanzamientos a nivel mundial de sus distintos modelos todos los años, generando compras de sustitución y mayores ingresos económicos para las compañías. Este fenómeno es parte de la lógica del esquema extraer – fabricar – eliminar de las actuales sociedades de consumo.
La extensión de la vida del producto y la responsabilidad extendida del productor son la antítesis de la obsolescencia programada. La oferta de producto de alta durabilidad y de servicios complementarios relacionados con el producto para su uso adecuado, su mantenimiento y su reparación es otro de los enfoques clave hacia un uso más sostenible de los productos que adquirimos.
«Sin dudas está en nosotros y en nuestros pequeños actos como consumidores aplicar esta nueva tendencia».
Clase 4
Video: Comprar – Tirar – Comprar
Documental que expone los procesos de compra, descomposición y desecho de los productos que consumimos a diario. ¿La «única» solución es comprar uno nuevo? ¿Reparar es cosa del pasado?
En este material podremos observar que no existe solo una solución para cada producto.
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Me parece muy importante la reflexión sobre la cantidad de obsolescencias que generamos como diseñadores sin tener en cuenta las consecuencias que las mismas generan, como somos parte de un circulo creciente de consumo innecesario lleno de ambiciones. Un crecimiento desenfrenado sin importar las consecuencias.
Me parece importante auto reflexionar sobre como desde lo mas mínimo, como podría ser la elección de materiales, o elementos que sean de fácil acceso o reparación, aportan a la disminución de productos que terminen rápidamente obsoletos, provocando contaminación en fin.
Sol, muy personal tu expresión y la importancia de «auto reflexionar» debe ser una variable más en el proceso de diseño, siempre debemos cuestionarnos acerca de cual es la mejor adecuación ecológica que podemos ofrecer, el espíritu crítico será nuestro guía. Muchas gracias.
Una recuerdo que me surgió tras exponer la problemática de la obsolescencia, fue el recorrido por el curso de ingreso hace varios años, cuando uno de los profesores puso todo su empeño en diferenciar el arte del diseño. Aclarando que el arte era algo que estaba pensado desde la expresión y que iba a vivir por siempre y que el diseño era algo que servía únicamente para resolver una necesidad inmediata. Reflexionó sobre esa postura y las diferencias que se planean entre las dos ramas. Pensando en que el diseño tiene que tomar estás facetas del arte y pensar en él largo plazo y como este va a impactar en el futuro.
Muy interesante tu interrelación Caterina, si bien el diseño puede servir para resolver una necesidad inmediata, el hecho de que tenga una buena adecuación ecológica, puede hacerlo más duradero, no excluyente del arte, y usando los recursos empáticamente para con las generaciones venideras.
La clase del día de hoy sobre obsolescencias, principalmente su enfoque en arquitectura, me resultó de gran interés, en especial la rehabilitación de edificios patrimoniales tanto a nivel nacional como local ya que este es un tema que resuena mucho a trabajar en mi trabajo final de tesis y pude conocer ejemplos que desconocía y me parece muy importante tenerlos en cuenta. Además, como se mencionó en clase, podemos vincularlo con lo visto sobre Patrimonio en Historia IV y me hizo recordar un proyecto visto en dicha materia que es la Torre Hearts proyectada por Norman Foster en Nueva York que utiliza como plataforma al edificio patrimonial de la corporación del año 1928. Me parece muy destacable y muy importante para estudiar y tener como ejemplo el trabajo que hace un arquitecto especializado en Tecnología y Sustentabilidad como lo es Foster en un edificio de gran importancia patrimonial en una ciudad de gran escala como Nueva York.
La obsolescencia con respecto a la arquitectura no debe ser visto como un final para los edificios, sino como una oportunidad para reinventar y rediseñar en vez de demoler, ya que nos permite preservar la memoria urbana,como tambien reducir el impacto ambiental y crear ciudades más sostenibles.
Un claro ejemplo es el Plan Pastor, que no solo se enfocó en la reconstrucción de edificios, sino que también propuso un rediseño integral del trazado urbano de la ciudad, implementando avenidas más anchas y nuevas plazas. La idea era que la ciudad pudiera crecer de manera más ordenada y sostenible, respetando las características históricas y al mismo tiempo integrando nuevas tecnologías y criterios de urbanismo.
La obsolescencia programada, ha generado críticas y preocupaciones sobre su impacto ambiental, económico y social, el consumismo y la sostenibilidad. Por otro lado, la obsolescencia puede impulsar la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías y productos mejorados.
En la clase de hoy pude reflexionar sobre la responsabilidad y poder que tenemos nosotros como consumidores sobre el tema.
La obsolescencia es un tema complejo que requiere un enfoque equilibrado entre innovación, consumo responsable y sostenibilidad.
Cuando transcurria la clase, pensaba que en las ultimas semanas vi varios videos de tiktok sobre las elecciones en la fadu, y me pareció demasiado la cantidad de folletos, carteles y banderas que se hicieron para promocionar los centros de estudiantes. Lo primero que se me vino a la mente cuando hablaron sobre la obsolescencia pensé en esas boletas, folletos y las bandera que una vez hechas las elecciones todos esos papeles ya no sirven, perdieron la utilidad bastante rapido. En ese caso se podria pensar en una alternativa de materiales que se usaron para imprimir tantos papeles, como los papeles plantables o reciclados.
Sabemos que la obsolescencia afecta a la sociedad y al medio ambiente…,cómo por ejemplo: teléfonos móviles,computadoras y laptops,etc,ya que se vuelven obsoletos rápidamente; dando a conocer que una parte de la sociedad el uso es por una necesidad y la otra por moda,estilo,etc.
También puedo aportar sobre la obsolescencia de juegos y juguetes; generando una gran cantidad de residuos plásticos(en lo material, ejemplo los plásticos mixtos, contiene una combinación de plásticos diferentes, esto lo hace difícil en separarlos y reciclarlos,en parte negativa). En parte positiva ,tenemos los juegos «LEGO» que a creado bloques hechos con plástico reciclado.
Por último podemos comprender el desafío sobre el costo para el consumidor final, sin olvidar que esto seguirá siendo economía circular.
La obsolencia en base a la arquitectura no siento que debería ser algo que nos debería avergonzar, por «quedarnos en el tiempo» siento que son esos espacios que le dan el espíritu del lugar en relación a un contexto, a un por qué, a un asoleamiento, a una costumbre y tradición, deberíamos aprender de esto para realizar nueva arquitectura con base a la obsolencia y el pasado que son las raíces que levantaron la ciudad y le dan una apropiación de nosotros los habitantes.
Desde mi perspectiva, la obsolescencia es un tema con el que convivimos diariamente, sin darnos cuentas, y en cierta forma esto no nos permite dimensionar, entender el problema que supone en cantidades desmedidas.
Tampoco creo que ser desconocedores del impacto de la obsolescencia sea meramente nuestra responsabilidad, ya que en alguna medida lo tenemos naturalizado, tanto nuestra generación como las actuales, fuimos o están siendo criadas en una sociedad consumista, haciéndonos creer que los recursos son ilimitados.
Aunque esto está lejos de la realidad y es una locura pensar que los recursos son ilimitados. Sin embargo, como consumidores tenemos un “poder”. Hacer que comiencen a cambiar ciertas cosas, las empresas deben ofrecer productos que den respuesta a nuestras demandas. Pero, ¿Y si nuestras necesidades cambian?, ¿Y si nos plantamos con otras convicciones sobre el consumo desmedido?
Como dijo Einstein: “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”. Hacer que las cosas cambien depende principalmente de nosotros, como individuos, contribuir a conformar un nuevo colectivo social, que sea consciente de las limitaciones de nuestro medio.
Al igual que en las reflexiones anteriores, me gusta poder transpolar esto a nuestras disciplinas. Si bien creo que la obsolescencia es más inmediata, o tal vez más evidente en diseño industria y gráfico. En la arquitectura también se presentan con determinada frecuencia.
Como estudiantes de una disciplina relaciona al diseño, arquitectura concretamente, creo que la obsolescencia es una herramienta para diseñar, ya que va a suceder, tarde o temprano, pero en algún momento será obsoleto, por lo tanto, nuestro trabajo radica en brindar a las generaciones futuras un diseño que les permita adaptarlo a sus necesidades.
Crear arquitectura bambú; renovable, sostenible, rentable, elástica, y liviana pero fuerte, flexible, adaptable y multifuncional.
Como aporte a la clase brindada por la catedra, entre los ejemplos dados, no sé si este caso sería válido o si se considera una refuncionalización de una obsolescencia. La ex bodega la Superiora, donde en su momento funciono como bodega y como depósito de limpieza de ajo, quedo obsoleta y recientemente se refuncionalizó, se hizo un estadio, un reacondicionamiento, la galería de arte Mario Pérez y actualmente se llevan a cabo exposiciones de arte, eventos como la Feria del Libro, etc.
Muy completa y elaborada tu reflexión Celeste! Totalmente válido el ejemplo citado de La ex bodega La Superiora, un claro ejemplo de
la puesta en valor histórico-cultural. Es un edificio importante para la historia del departamento Rawson, que vive en la memoria colectiva de la población, constituyendo un verdadero elemento de identificación cultural. Muchas gracias.
Me pareció importante destacar de la clase como el concepto de obsolescencias abarca no solo las disciplinas de nuestra facultad sino también en todo tipo de ámbitos. Desde el lado de arquitectura si conocíamos los tipos o las distintas obsolescencias que podían presentarse en edificaciones y demás construcciones, pero al momento de analizar y entender los otros tipos de obsolescencias que se producen en productos u objetos más cotidianos, traídos de la mano del diseño, pude entender como el consumo es la fuerza de mayor predominancia, o el foco que motiva la producción de todo tipo de cosas para las personas, ya sea desde edificios, casas, mobiliarios, objetos de cocina, computación, etc.
Creo que es el momento para empezar a valorizar, concientizar y volver utilizar productos más nobles y no tan “descartables” por moda o por su bajo coste, ya que a corto plazo quedan obsoletos… por misma imposición del mercado
Lautaro, de tu reflexión destaco lo siguiente: «es el momento para empezar a valorizar, concientizar y volver utilizar productos más nobles y no tan “descartables” por moda o por su bajo coste, ya que a corto plazo quedan obsoletos… por misma imposición del mercado». La clave es observar y cuestionar todo lo que se nos ofrece y ejercer nuestro derecho a la «verdadera libertad» de poder elegir que es lo más conveniente para nuestra propuesta de diseño.
Reflexionando sobre el tema de las obsolescencias, es importante pensar en una arquitectura que no solo responda a un fin específico, sino que también sea capaz de evolucionar y adaptarse a nuevos usos. Es importante proyectar mirando hacia el futuro y para el futuro, donde los espacios tengan la capacidad de transformarse, de ser flexibles ante los cambios sociales, climáticos y tecnológicos.
Para lograr este enfoque se requiere de un trabajo interdisciplinar, donde podamos diseñar soluciones integrales que respondan a las complejidades del mundo actual y cambiante en el que vivimos, creando espacios más sostenibles y equitativos.
La obsolescencia es un proceso por el cual algo se vuelve obsoleto o menos relevante debido a algún tipo de cambio en el escenario, que puede ser estético, funcional, tecnológico o económico. Es un sistema que contribuye al consumo desenfrenado, fomentando la economía lineal y siguiendo un patrón insostenible de explotación y generación de residuos.
En el contexto arquitectónico, la obsolescencia se puede observar en la vida urbana cotidiana y trae soluciones muy interesantes. A menudo, se trabaja con la restauración y conservación del patrimonio, dando un nuevo significado a espacios que ya no tenían usos o sufrían de obsolescencia funcional. Podemos citar ejemplos de casos brasileños como los centros comerciales en Curitiba que aprovecharon estructuras existentes, como es el caso del Shopping Mueller (antigua fábrica), o incluso ejemplos emblemáticos como el SESC Pompéia, que reutilizó la estructura industrial preexistente y, además, añadió una nueva estructura para construir un centro cultural y de ocio. Estos son ejemplos de una nueva significación del espacio frente a una de las industrias más contaminantes.
Yazmín, muy personal y elaborada tu reflexión. Respecto a los ejemplos citados, muy interesante el SESC Pompéia, la conservación de antiguas estructuras de arquitectura ladrillera, para un centro comunitario que albergara ocio, cultura y deporte es de una gran expresión plástica. Una propuesta de diseño como elemento de integración social a través de lo cultural y en beneficio de la comunidad involucrada. Muchas gracias.
La obsolescencia programada me hizo pensar que todo lo que usamos se hace con el fin de que las cosas se rompan más rapido para que tengamos que comprarlo de nuevo cuando deberian ser cosas duraderas y la sociedad no le presta atencion a esto, o lo ignoramos cuando es una problematica grande. Desde la arquitectura esto se evita usando materiales duraderos, diseñando edificios que puedan cambiar y adaptándose a lo que necesitamos.
Así, los edificios duran más y son más amigables con el medio ambiente.
Podemos reflexión que las obsolescencias están ligadas directamente al tiempo y material, algo obsoleto es algo que deja de ser útil para lo que fue diseñado, es parte del futuro. Nosotros en arquitectura, a las obsolescencias las vemos como una recuperación arquitectónica, una conservación estructural, algo que puede ser adaptado desde la gestión de los materiales, donde analizamos la construcción noble y el uso de los materiales muy duraderos que es la clave en este tipo de ocasiones. Por esto mismo, somos quienes deberían cuestionarse que la calidad humana no está dada por materiales caros, si no que por materiales que aportan al medio ambiente siendo nobles, la arquitectura debería responder a esa problemática.
Guillermina, muy bien planteada tu reflexión desde nuestra condición de ser «humano», sin lugar a dudas ahí está el origen del cambio que necesitamos. Muchas gracias.
Un ejemplo claro de obsolescencia que siempre me llamó la atención es el de las pilas. Conozco a mucha gente que decide comprar pilas descartables, a pesar de que desde hace bastante tiempo existen las recargables. En este caso, se evidencia lo importante que es no solo crear un producto eficiente, sino también el marketing que lo acompaña para que los usuarios puedan informarse.
Creo que últimamente vemos novedades que no innovan, vemos celulares por montones que «DEBERÍAMOS TENER», pero que no proporciona mejoras.
Somos esclavos de algo que no pedimos, pero es tan necesario, que terminamos necesitando y en caso de ya tenerlo, necesitamos algo más, no conviene no tener necesidades…
Es complejo, pero creo que hay pensar seriamente, ¿cuáles son nuestras necesidades? Y si en realidad es indispensable.
Como estudiante de diseño industrial, me preocupa la series que se sacan año; camino veo bolsas en árboles más seguidos con el pasar del tiempo, detesto más el aire que respiro cerca de la ciudad.
Estamos condenados a ser esclavos y si le tenemos tanto miedo a la libertad, no vamos a poder caminar hacia un futuro.
Reflexionando sobre el tema de las obsolescencias, me doy cuenta de que la arquitectura no debe ser vista como algo que simplemente envejece y pierde valor. Más bien, creo que debemos abordarla como una oportunidad para reinventar y rediseñar los espacios, en lugar de optar por la demolición. Esto no solo nos permite preservar la memoria urbana, sino también reducir el impacto ambiental y crear ciudades más sostenibles. Un buen ejemplo de este enfoque es la transformación de la fábrica Tate Modern en Londres, que pasó de ser una planta eléctrica en desuso a convertirse en un museo de arte contemporáneo, manteniendo su estructura original pero adaptándola a nuevos usos.
A su vez, pienso en cómo la obsolescencia programada ha generado un debate sobre su impacto ambiental, económico y social, alimentando el consumismo. Aunque este tipo de obsolescencia puede impulsar la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, también nos deja con la responsabilidad de reflexionar como consumidores. Creo que es necesario un equilibrio entre innovación, consumo responsable y sostenibilidad, algo en lo que deberíamos pensar desde el diseño arquitectónico. La arquitectura del futuro debe ser flexible, capaz de adaptarse a los cambios sociales, climáticos y tecnológicos, y para ello necesitamos un enfoque interdisciplinar que proponga soluciones integrales a las complejidades de nuestro tiempo.
La obsolescencia, palabra que se puede decir que es común de escuchar pero en la que no nos detenemos a pensar. Razonando en esta palabra y más lo escuchado en clase me pongo a pensar en años anteriores de cursada, por ejemplo en los primeros años, donde todo era más manual (analógico), que digital. Ahí nos poníamos a practicar mucho y todo era prueba y error, ocupábamos una cantidad impresionante de papel, tratando de mejorar nuestro pulso, ya sea para hacer algo tan mínimo como un circulo o para hacer caligrafía (aclaro que no le echo la culpa a lo que nos enseñan porque es necesario para nuestra formación académica), sino hablo de la responsabilidad propia de cada uno en cambiar el pensamiento de «ya esta usado, no sirve» y dejar que siga siendo una pila más de papel desechado, a tener un cambio mínimo como el guardar ese pedazo de papel y seguir practicando ahí, después de todo es una practica no una entrega.
Nuestro impacto como diseñadores va más allá de la estética: tenemos el poder de cambiar la forma en que las personas interactúan con los productos, promoviendo un consumo más consciente y un respeto por los recursos del planeta. Si adoptamos un enfoque ético y sostenible, podemos ser agentes de cambio en la transición hacia un modelo de producción y consumo más responsable.
En un tema como la obsolescencia programada, siempre me hace ruido el hecho de que ya esté tan asimilando en la sociedad que en general ni si quiera se discute…
Por suerte veo que en algunos países se plantea la necesidad de hacer que los fabricantes dejen abierta la posibilidad a la reparabilidad de productos y espero realmente que se pueda implementar de forma adecuada…
Los edificios obsoletos o en desuso que han sabido reinterpretar su uso para alargar su vida útil y demostrar que las segundas oportunidades pueden ser la mejor opción, debido a que si se piensa un edificio de cero trae consigo el gasto de energía y materiales, algo que carece de sentido ante el cambio climático, la crisis energética y la inflación.
No debemos ver la obsolescencia en arquitectura como un fin, sino como una oportunidad para preservar edificaciones antiguas y renovarlas a necesidades actuales, dándoles nueva vida útil y revitalizando áreas deprimidas que han perdido su valor. Además, al evitar construir de cero, ahorramos recursos y preservamos el carácter histórico de ciertas edificaciones.
La obsolescencia en arquitectura no debería ser motivo de vergüenza por “quedarnos en el tiempo”. Son estos espacios los que dotan de espíritu a un lugar, vinculándolo con su contexto, con razones históricas, con el asoleamiento, con las costumbres y tradiciones. Deberíamos aprender de estos elementos para proyectar una nueva arquitectura basada en la obsolescencia y el pasado, ya que son las raíces que construyeron la ciudad y le otorgan un sentido de pertenencia a sus habitantes.
La obsolescencia programada acorta la vida útil de productos como electrónicos, moda y muebles, impulsándonos a reemplazarlos rápidamente. Esto aumenta los desechos y afecta tanto el medio ambiente como nuestra economía. Como consumidores, podríamos cuestionar nuestros hábitos de compra, eligiendo productos duraderos y reparables para reducir el impacto ambiental y fomentar un consumo más consciente y sostenible.
la obsolescencia es un tema muy importe en el diseño, la clase me ayudó a visualizar lo que genera la obsolescencia programada (residuos y contaminación, consumo de recursos, impacto social)
Como diseñadores, debemos priorizar la sostenibilidad y minimizar la obsolescencia para crear un futuro más resiliente y equitativo
La obsolescencia en el diseño implica un ciclo de consumo insostenible y un aumento de desechos. Como futuros profesionales, debemos abordar este problema creando soluciones duraderas y sostenibles, considerando la adaptabilidad y actualización de los elementos diseñados. Esto implica usar materiales de calidad, técnicas que permitan el mantenimiento y la flexibilidad, y un enfoque de economía circular para que los productos sean reparables y reciclables.
Como reflexión sobre la la obsolescencia arquitectónica es también cuestionar las prácticas de diseño y construcción actuales. Pensar en una arquitectura que contemple ciclos de vida más largos, materiales duraderos y estrategias de reutilización es esencial para reducir el impacto ambiental. En lugar de demoler y reconstruir, el reto es crear espacios versátiles que puedan ser renovados y adaptados con el tiempo, contribuyendo así a una sociedad más sostenible y consciente de los recursos compartidos.
La obsolescencia programada es un problema que afecta directamente al diseño gráfico, ya que muchas piezas visuales tienen un ciclo de vida muy corto y terminan como residuos rápidamente. Cada impresión, utiliza tintas y materiales que muchas veces contienen químicos que no son sustentables, lo cual aumenta la carga de desechos difíciles de procesar. Este consumo desmedido de materiales genera un impacto ambiental significativo, y muchos de estos productos gráficos no están pensados para facilitar su reciclaje o reutilización.
Como diseñadores, es importante asumir la responsabilidad de ofrecer a los clientes alternativas sostenibles, como materiales reciclados, tintas ecológicas o formatos digitales. Al mismo tiempo, debemos seguir formándonos en prácticas y tecnologías que minimicen el impacto ambiental de nuestras decisiones. De esta manera, contribuimos a mitigar los efectos de la obsolescencia en nuestra disciplina, generando un diseño más ético y comprometido el ambiente.
La obsolescencia programada es una práctica insostenible que va en contra de la ética y la ecología. Al empujar a los consumidores a reemplazar dispositivos funcionales y al reducir la vida útil de estos productos, estamos incrementando de manera artificial la cantidad de desechos electrónicos, uno de los residuos más difíciles de gestionar debido a sus componentes tóxicos y difíciles de reciclar. En los basurales llegan montañas de productos tecnológicos descartados. No son aparatos necesariamente dañados o sin potencial de uso, sino producto de la obsolescencia programada: teléfonos, tabletas, electrodomésticos y computadores que, tras un par de años, dejan de funcionar o quedan desactualizados por diseño. El impacto ambiental es devastador. La producción de tecnología requiere recursos naturales valiosos, como metales raros y plásticos, que a menudo se extraen en condiciones dañinas para el medioambiente. La corta vida útil de estos productos obliga a una extracción continua, agotando y degradando aún más los recursos del planeta.
como combatir con la obsolescencia o mejor expresado como ganarle al mercado de consumismo rápido a ser tan mundial y fácil es muy difícil crear una costumbre de uso duradero si es mucho mas fácil cambiar el celular que arreglarlo según los mercados la necesidad real de la grandes empresa en generar gran consumismo por poco tiempo de uso o de desactualizar objetos para recomprar es muy difícil la mejor opción de lucha es influenciar a la gente a que están cometiendo error en caer el consumo que genera la empresa de mi punto de vista es así es una realidad que podes afrontar de cada uno e influenzar a otros de lo innecesario que hace la empresa para ganar mayor capital
Reflexionando sobre el tema de las obsolescencia programada, el diseño y fabricación de productos son intencionadamente creados con una vida útil limitada, con el fin de que se vuelvan obsoletos, inservibles o menos funcionales después de un determinado período de tiempo. En la arquitectura, para evitar eta obsolescencia se plantean estrategias a tener en cuenta como lo es plantear diseños duraderos y resistentes al paso del tiempo utilizando materiales y técnicas de construcción de alta calidad, diseños de edificios flexibles y adaptables a los cambios de necesidades de los habitantes, diseños de edificios que sean fácil de desmontar y reciclar al fin de su vida útil reduciendo impacto ambiental, entre otros tipos de diseños. Otra estrategia importante es investigar y desarrollar nuevas tecnologías y materiales que promuevan la sostenibilidad, generando una estrategia sumamente importante que es generar consciencia en la sociedad sobre la importancia de la durabilidad y sostenibilidad en la arquitectura y en lo general. Al implementarlas, podemos reducir dicha obsolescencia programada en la arquitectura y promover la creación de edificios duraderos y sustentables.
Algo que está en mayor tendencia en charlas sobre la problemática, la obsolescencia
planificada es un desafío ambiental y ético de gran impacto en la ecología y sostenibilidad. Este
concepto, en el cual los productos están diseñados para tener una vida útil limitada, incentiva
el consumo constante y el rápido descarte, lo que resulta en una acumulación masiva de
residuos, especialmente en el ámbito de los dispositivos electrónicos, moda y
electrodomésticos. Esto está agravado por el sistema comercial capitalista que promueve lo
“descartable” de los bienes. Un ítem que me llamó la atención y se habló en la clase teórica fue:
Pérdida de cultura de reparación: La obsolescencia planificada ha llevado a una pérdida de la
cultura de reparación y reutilización, lo que afecta negativamente a la economía circular y al
uso responsable de los recursos. La dificultad para reparar dispositivos modernos, a menudo
debido a su diseño, promueve el descarte prematuro y el consumo adicional.